Influenciado por cuentos de vampiros y ese mundo de fantasía, un solitario niño demasiado consentido por sus padres se obsesionó con el concepto de que los humanos pueden alcanzar la vida eterna. Él creyó que realmente era un vampiro y lideró un grupo de seguidores para buscar la inmortalidad.
En su adultez reclutó a su ocasional pareja y a los amigos de ella como partidarios, lentamente utilizando a civiles como voluntarios para donar su sangre y a la larga sus cuerpos, para llevar a cabo su sórdida ambición.
No lamentamos nada es un documental que da cuenta de los perturbadores eventos del 14 de diciembre de 2011 y del año que le antecedió, junto a las atrocidades que se mantuvieron en secreto hasta entonces. El documental exhibe los impredecibles riesgos de permitir que la fijación de un niño supure sin ser controlada.
El título deriva del cántico que Edgar Hammet acuña para que sus seguidores reciten y permanezcan concentrados. No lamentamos nada se constituyó como frase que ayudaba al culto a mantenerse enfocado. No lamentamos nada documenta a aquellos involucrados mediante una selección de entrevistas personales.
¿Por qué no fue esto debidamente documentado en medios convencionales? La prensa y las instituciones encargadas de hacer cumplir la ley convinieron que había demasiado riesgo de influenciar a imitadores, por lo que la investigación permaneció clasificada.
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